El abonado es una parte esencial del cuidado de un bonsái, ya que le proporciona los nutrientes necesarios para su crecimiento y desarrollo. Sin embargo, es un área donde muchos principiantes, e incluso cultivadores experimentados, pueden cometer errores que afectan negativamente la salud del árbol. Desde la elección del fertilizante adecuado hasta la frecuencia de aplicación, pequeños errores en la fertilización pueden debilitar el bonsái o causar daños irreparables.
En este artículo, analizaremos los errores más comunes al abonar un bonsái y te proporcionaremos consejos sobre cómo evitarlos, garantizando que tu árbol reciba los nutrientes que necesita sin riesgo de sobrealimentación o subalimentación.
1. Error: Sobrefertilización
Uno de los errores más comunes al abonar un bonsái es aplicar demasiado fertilizante con la esperanza de que el árbol crezca más rápido o más fuerte. Sin embargo, una dosis excesiva de nutrientes puede quemar las raíces del bonsái, provocar el crecimiento desmesurado de ramas y hojas, y afectar negativamente su equilibrio estético. En algunos casos, el daño causado por la sobrefertilización puede ser irreversible.
Cómo evitarlo:
Usa abonos de liberación lenta o de baja concentración: Opta por fertilizantes que liberen nutrientes gradualmente, lo que evitará una saturación excesiva del sustrato.
Aplica el abono en pequeñas dosis: En lugar de aplicar una gran cantidad de fertilizante de una sola vez, divide la dosis en pequeñas aplicaciones periódicas a lo largo de la temporada de crecimiento.
Sigue las indicaciones del fabricante: Respeta las instrucciones del producto, ya que cada fertilizante tiene una concentración específica y una frecuencia recomendada.
2. Error: Usar el tipo de abono incorrecto
No todos los fertilizantes son iguales, y algunos pueden no ser adecuados para el tipo de bonsái que estás cultivando. Usar un abono con un desequilibrio en los nutrientes puede resultar en deficiencias o excesos que afecten el crecimiento y la salud del árbol. Por ejemplo, un fertilizante con demasiado nitrógeno puede estimular el crecimiento de las hojas en detrimento del desarrollo de las raíces o el tronco.
Cómo evitarlo:
Elige un abono equilibrado: Un buen fertilizante para bonsáis debe contener nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K) en proporciones equilibradas, como 10-10-10 o 14-14-14, para asegurar un crecimiento equilibrado.
Considera las necesidades de tu especie: Algunas especies de bonsáis, como los pinos o las coníferas, requieren un tipo de fertilizante diferente al de los bonsáis tropicales. Investiga qué abono es el más adecuado para la especie que estás cultivando.
3. Error: Abonar en el momento equivocado
El ciclo de crecimiento de un bonsái varía según la especie y la estación del año. Abonar en el momento inadecuado puede interferir con este ciclo natural. Por ejemplo, fertilizar durante los meses de invierno, cuando muchas especies entran en un periodo de reposo, puede causar un crecimiento no deseado y debilitar el árbol.
Cómo evitarlo:
Fertiliza en primavera y verano: La mayoría de los bonsáis están en su fase de crecimiento activo durante la primavera y el verano, que es el mejor momento para abonar. Evita fertilizar durante los meses de otoño e invierno, cuando el bonsái está en dormancia.
Adapta el abonado a la especie: Algunas especies tropicales o subtropicales pueden beneficiarse de una fertilización más continua, ya que su ciclo de crecimiento no está tan influenciado por las estaciones.
4. Error: Abonar cuando el sustrato está seco
Aplicar fertilizante sobre un sustrato seco puede causar que el abono no se distribuya uniformemente y, peor aún, que las raíces del bonsái se quemen por la alta concentración de sales. Las raíces secas son más vulnerables a este tipo de daño.
Cómo evitarlo:
Riega antes de abonar: Asegúrate de que el sustrato esté húmedo antes de aplicar cualquier fertilizante. Esto permitirá que el abono se disuelva y se distribuya de manera uniforme sin dañar las raíces.
Evita abonar después de un riego abundante: Si acabas de regar de manera excesiva, espera a que el sustrato esté húmedo pero no empapado antes de aplicar el abono.
5. Error: No observar las señales del bonsái
El bonsái, como cualquier planta, te dará señales si algo no está funcionando correctamente. Las hojas amarillentas, el crecimiento lento o la caída de las hojas pueden ser indicativos de una deficiencia de nutrientes. Del mismo modo, un crecimiento demasiado vigoroso, hojas de color oscuro o deformaciones pueden ser señales de sobrefertilización.
Cómo evitarlo:
Observa regularmente tu bonsái: Revisa tu bonsái de cerca para detectar cualquier cambio en su apariencia. Las hojas, el color del tronco y el crecimiento de las ramas te darán pistas sobre si el abonado es adecuado o necesita ajustes.
Ajusta el abonado según las necesidades del árbol: Si notas que el bonsái está creciendo demasiado rápido o demasiado lento, ajusta la cantidad y frecuencia de abono para adaptarla a sus necesidades actuales.
Conclusión
El abonado es una parte crucial del cuidado de tu bonsái, pero es importante hacerlo con cuidado y precisión para evitar errores que puedan perjudicar su salud. Evitar la sobrefertilización, elegir el abono adecuado y abonar en el momento correcto son pasos fundamentales para mantener tu bonsái sano y equilibrado. Al observar de cerca las señales que te da el árbol y ajustar la cantidad de abono según sus necesidades, tu bonsái prosperará y reflejará el fruto de tu atención y cuidado.
Un bonsái con hojas amarillentas y quemadas, mostrando los efectos negativos de la sobrefertilización, que daña la salud del árbol.
Abonar un bonsái con la cantidad adecuada de fertilizante equilibrado asegura un crecimiento saludable y controlado.
Bonsái en su periodo de dormancia invernal, un momento donde se debe evitar abonar para respetar su ciclo natural.
Regar el bonsái antes de abonar es crucial para evitar daños en las raíces causados por la alta concentración de fertilizante.
Observar regularmente tu bonsái te permite detectar signos de exceso o deficiencia de nutrientes y ajustar el abonado.